OBSESIVA TERNURA
Por cada vez que me provoques,
Describiré con toda mi firmeza y convicción,
Cuantas cosas lindas veo en ti que desconoces,
Cuantas cosas lindas siento en cada situación.
Perfeccionas mi presente a tal punto,
Que cuando estás no necesito más del mundo,
Que de pronto, los paisajes más sublimes de la Tierra,
Se proyectan en tus ojos, en tu pecho y tus caderas.
Cada aroma inolvidable y sabor inigualable,
Se produce en tu interior, dando el matiz, dando el color,
De tu piel, convertida en cálida y complaciente seda,
De tu amor, que como el Sol le da vida al que no espera.
De repente me pregunto si lograré algún día,
Escuchar tu voz sin derretirme vida mía,
Escuchar muy de cerca tu agitada respiración,
Sin percibir más de una melodía, una canción.
Y es que linda, cuando a mi lado estás,
Este suelo, a mi cuerpo, no sostiene más,
Ya que de todos los asuntos desafías la gravedad,
Pues eres magia de la ciencia que me pone a levitar.
SER NADA MÁS QUE SER
1
Deseo percibir la infinita belleza de lo compuesto,
Declararle mi amor a cada fracción de la existencia,
Permanecer presente y entregado a lo que surge,
En el momento en el que todo está, y nada permanece.
Quiero morir a cada instante y abandonar aquello que creía ser,
Quiero olvidar cuanto he amado, perdonado, cuanto he errado,
Quiero ser un ser que no sepa hacer nada más que ser,
Quiero sentirme uno con este lugar, en este momento.
Que lo sublime me alcance, me consuma y me obligue a ser amor,
Abandonar la dualidad y volver a ti señor.
2
Después de años de intentos fallidos intentando transmitir un sentir,
Después de sublimes experiencias que las palabras no logran describir,
Descubrí, que ser artista implica la ambiciosa y frustrante misión,
De compartir aquella única manera de experimentar, del mundo la canción.
El SENTIR es la sabiduría en acción, dentro de la experiencia humana,
El amor, la omnipresente y divina substancia de una consciencia unificada.
Que un estado de grata presencia sublima la experiencia en un instante fuera del
tiempo,
Que la Verdad es la búsqueda de todo buscador, y el misterio detrás de cada
momento.
Que no es digno de la Vida el buscar por siempre la alegría;
La alegría es digna de la Vida,
Porque todo en ella canta su canción,
Cuando calla la mente y prevalece el corazón.
Me regocijo en las nubes y contando las estrellas,
Porque el firmamento, es la obra viva la más bella.
Cuando siento fuera del recuerdo soy poseído por una experiencia abrumadora,
Entonces, la inspiración es un elixir de aquel lugar del cual gotean lágrimas de gloria.
Que el silencio y una mirada transparente, por siempre cumplirán,
La labor de transmitir, del Ser, todos los estados,
Que el perdón es el bálsamo de los corazones más despedazados,
No hay instante más preciado, que el de un presente sin recuerdos recordados.
PARAMI
1
Tú, que escribes estas palabras,
La Verdad te hablará cuando te olvides de tu persona y prestes atención,
La belleza invadirá, sin pedir permiso, tu opacada percepción,
Te enseñará, que las limitaciones son ilusorias,
Pero dictadoras ideas de una experiencia sumergida en la ignorancia,
Y que toda la existencia, gira en torno a la sublime y mística experiencia,
De la unidad del infinito y la abundancia.
Ojalá sepas algún día que no existe nada más grande,
Que es el propósito y el fin de la naturaleza dinámica de todas las cosas,
Que cuando se abandona al cuerpo, se aquieta la mente, y descansa el intelecto,
Todo reverbera con la eterna sinfonía del amor, en la infinita unidad del Espíritu.
2
Y que puedas existir de forma diferente,
Velando y contemplando la Vida,
Honrando y celebrando la muerte.
Y que puedas estar siempre aquí,
En cualquier lugar, pero aquí, en cada momento.
En este eterno y perpetuo romance con tu experiencia sensorial.
Amigado con lo que es y con lo que está.
Siéndole fiel a lo que te cuenta tu sentir.
Conociendo, en lugar de comprender,
Respondiendo, en lugar de reaccionar.
Y es que confusa es la experiencia de comunicar y transmitir,
De compartir un instante de un único y efímero sentir,
Que completa está la vida y cada uno de nosotros,
El sentirnos incompletos es creación del intelecto.
¿De qué se tratan, en última instancia, el error y la carencia en la infinidad del
Universo?
¿Cuántas veces te ha negado su fruto la Tierra?
¿Cuánta luz, cuánto calor, te ha mezquinado el Sol?
¿Cuánto oxígeno, cuántos suspiros, te ha quitado el aire?
¿Cuántas veces te ha impedido beber o limpiar el río?
Y es que todo ha sido una perfecta paradoja,
Tanto arriba como abajo,
Tanto adentro como afuera,
Tanto blanco como negro,
Un amor perfecto,
De inseparable y trascendente comunión.
Iluminados los que han alcanzado la paz,
Bendecidos los que han sentido la dicha de estar vivos,
Afortunados los que nunca han dejado de sentir,
Disciplinados los que han cultivado la destreza del asombro.
¿Y es que cuan concreto se puede llegar a ser con la palabra?
La que busca solamente compartir lo indivisible,
La que con lenguajes, busca hablar el sagrado idioma del Amor.
Permeable me dispongo a la belleza del paisaje,
Anhelando la consciencia de unidad, que de mí mismo me libera,
De tantas preguntas soy la respuesta cuando ya no estoy,
Hace mucho que no he vuelto a preguntar.
DESEOS DE LA LUZ
Ojalá te enamores de la auténtica naturaleza de la sencillez,
De la noble esencia de la humildad,
Y del gran valor de la inocencia.
Ojalá cumplas con tu palabra por respeto hacia ti mismo,
Y te ames lo suficiente, para que obvies el opacar a otros en búsqueda de valor.
Ojalá te encuentres con los seres adecuados,
Te desnudes ante ellos,
Y puedan ver, a través de tus ojos,
La divina esencia de tu alma.
Deseo que habites el presente con ecuanimidad,
Aceptando,
Consciente,
La intemporalidad de cada situación.
Deseo que te vuelvas cada acción,
Observes tu vida plasmada en tus palabras,
Y sientas en tu cuerpo el poder del pensamiento.
Deseo que logres capturar, en la lente de tus ojos,
El lento movimiento de las nubes,
Y experimentes al Amor,
Como esencia estructurante de todo lo compuesto.
Que no busques escapar,
Degustes intensamente el amargo sabor del dolor,
Y aprecies entonces, con humildad, la quietud emocional.
Quiero que te despojes de tus hábitos perceptuales,
Y seas testigo de la inconmensurable belleza de la creación.
Que pierdas la cabeza por el cielo y por las nubes,
y te entrenes a sentir.
Deseo que experimentes, con detenido gozo,
El imparable vaivén de tu respiración,
Y que el estado de Gracia, invada cada instante de tu vida.
Ojalá te reconozcas y honres lo divino en cada ser vivo,
En cada mineral.
Tu diezmo sea la meditación y el servicio,
Y el Amor, tu religión.
Ojalá tu viaje sea eterno,
Experimentes la luz del infinito,
Y no regreses nunca a ser lo mismo.
Ojalá te vuelvas uno con el Sol,
Y que el objeto de tu incansable búsqueda,
Sea la Verdad.
Autor:
Pedro Almeida
Sus primeras líneas las escribió en respuesta a sus romances de infancia. Con el
tiempo, la adolescencia y la etapa adulta, la figura femenina, en todos sus aspectos,
continuó siendo su mayor fuente de inspiración. Encontró en las palabras, el
vehículo para transmitir su intensa manera de sentir y percibir la pasión, la
sensualidad y la ternura. Luego, la madurez y ciertas experiencias espirituales lo
llevaron a dedicarle su escritura a la Madre Naturaleza y a los aspectos más sutiles de
la experiencia. En la actualidad, la tonalidad mística de los poemas de Pedro Almeida
son el síntoma de una profunda búsqueda por compartir una auténtica experiencia
de lo sublime, de Amor y unidad.