LA COMPASIÓN COMO CUALIDAD SANADORA

Los seres humanos nacemos con la necesidad de ser cuidados. Requerimos de cuidados no solo para nuestra sobrevivencia física, sino también, para nuestra sobrevivencia emocional. Cuando se habla de cuidados no solo se hace referencia a la satisfacción de nuestras necesidades de alimentación y abrigo, sino también a nuestra natural y primordial necesidad de recibir afecto. Necesitamos ser reconocidos en nuestra cualidad humana y desde ahí, ser descubiertos como seres únicos, valiosos y merecedores de amor.

Como mamíferos hemos evolucionado para cuidar. La manera en que nuestras figuras significativas y nuestro entorno cercano sea capaz de proveernos conexión emocional, interpretar nuestros estados afectivos y responder de manera sensible, va a impactar directamente en nuestro desarrollo físico, cognitivo, emocional y espiritual. (1)

 

Necesidad de amor, cuidado y desarrollo

En la medida que vamos creciendo, la aprobación social también toma su lugar. Desde nuestro primer respiro, necesitamos pertenecer y deseamos ser amados. “Sentirse cuidado, aceptado y compartir un sentido de pertenencia y afiliación con otros es fundamental para nuestra maduración psicológica y bienestar”. (2)

El lugar de nuestro nacimiento parece ser incierto y empezamos a transitar por nuestras vidas sin haber elegido, al menos de manera consciente y en este plano, nuestra crianza, nuestro entorno social, el contexto político ni las circunstancias económicas o familiares. Poco a poco vamos creciendo. A partir de nuestra necesidad de recibir cuidados y amor para sobrevivir, buscamos la forma de adaptarnos a las condiciones presentes, a costo, muchas veces, de nuestra emocionalidad, y auténticas necesidades.

Según el contexto en que nos desenvolvemos, más o menos conflictivo, existe el riesgo de crecer sin sentirnos vistos ni validados, o con deficiencias en los sistemas de cuidado, protección, afecto y pertenencia. Sin quererlo, es posible ir integrando sensaciones, sentimientos y pensamientos de nosotros mismos relacionadas a la vergüenza, la autoculpabilización y la autocrítica. Esta dinámica alimenta estados de alerta y defensividad. (3)

En menor o mayor medida, desarrollamos mecanismos para protegernos ante un mundo percibido como amenazante condicionando nuestra felicidad.

No somos culpables del cómo se ha llegado a conformar nuestra mente, la manera en que vivenciamos nuestras emociones y relaciones. Si somos responsables de cultivarnos en coherencia con nuestros anhelos más profundos, en busca de lo que cada cual significa como felicidad.

 

La Compasión

Varias tradiciones espirituales, entre ellas el budismo, han destacado la compasión como un camino para el bienestar humano, el desarrollo personal y comunitario. En las últimas décadas, la psicología ha comenzado a trabajar la compasión como un elemento importante para la psicoterapia e investigadores han estudiado sus beneficios.

Diversos estudios científicos han observado cómo la práctica de la compasión afecta el funcionamiento cerebral, favoreciendo la salud mental, física y el bienestar.  Entre los resultados, se observan cambios en el córtex frontal; en el sistema inmunológico; un aumento de los sentimientos de conexión social, de emociones positivas y sentimientos de propósito en la vida; una mejora en las respuestas conductuales al estrés; la estimulación de la ínsula cerebral, área de nuestro cerebro asociada a la empatía. (4)

 

¿Qué entendemos por compasión?

 El Dalai Lama definió la compasión como “una sensibilidad hacia el sufrimiento del yo y de los otros, junto con un compromiso profundo para tratar de aliviarlo”. (5)

Nos habla de tomar conciencia del propio sufrimiento con apertura, como una marca natural de nuestra existencia, y desde ahí relacionarnos amables y cálidos con nosotros mismos. Es decir, sin condenarnos por aquello que nos aqueja, sino más bien desde la aceptación y la disposición a compartir nuestras experiencias de dolor que nos unen en una “común humanidad”. (6)  

No solo consiste en desarrollar una relación compasiva con nosotros y los demás, sino también nos invita a abrirnos a recibir la mirada compasiva desde los otros. Así, se transforma en un modo de implicarse en el mundo y de relacionarnos con nuestra cualidad humana.

 

Ser Compasivo

Desarrollar la compasión no es una tarea sencilla. No todos la han vivenciado internamente. Tampoco han contado con el acceso a los sistemas de regulación emocional que nos proveen dicha experiencia, o a experimentar sentimientos de calidez, tranquilidad y seguridad. Hemos de aprender a generarlos, a amplificarlos, y a contrarrestar voces internas dominadas por la autocrítica, por sentimientos de vergüenza, culpa, soledad, desvalorización y desconexión.

Para ello, precisamos de una relación y un contexto seguro que nos permita sentirnos a salvo. Que nos brinde la confianza para disminuir nuestras barreras de protección y explorar otras formas de relacionarnos con el mundo. Maneras en que nos sintamos seguros en la conexión y la intimidad con un otro, en el compartirnos desde el propio reconocimiento, comprensión, valoración y validación.

El entrenamiento de la compasión e integrar sus cualidades en nuestra vinculación con el mundo, facilita la transformación de la autocrítica y los sentimientos de vergüenza. Posibilita un contacto menos enjuiciador con nuestras emociones y pensamientos, un mejor entendimiento, desarrollando la autoaceptación y una mejor convivencia con nuestro interior.

La invitación es a observar de manera compasiva los contenidos de nuestra mente y aquellos sentimientos que nos resultan desagradables. Aceptar nuestra imperfección, el dolor y la sensación de ser heridos como parte de nuestra naturaleza y nuestra evolución. También, entender el deseo de ser amados y nuestras emociones comúnmente llamadas “negativas”, como respuestas normales y adaptativas ante situaciones de la vida.

Aun podemos construir en nuestra mente, una voz dulce y suave que nos acune, acoja, contenga y apapache. Una voz, a su vez, que pueda ser firme y protectora, que nos acompañe en poner límites, en tomar responsabilidad y acción en nuestra vida, capaz de transformar situaciones y actuar en consideración a nuestros propósitos.

Abrir las puertas a cultivar la compasión es un camino que puede aliviar y transformar nuestra vivencia del dolor. Cuando nos encontramos en un estado de calma podemos desenvolvernos en el mundo con mayor facilidad. La mente compasiva suaviza los sentimientos, pensamientos y conductas centradas en la amenaza. (7)

Todos, intrínsecamente, deseamos ser amados, apreciados, incluidos, aceptados por otros, sentirnos conectados y a salvo. Si nos permitimos reconocer el deseo de ser amados como universal, tras la mirada de cada ser humano, sentiremos menos miedo y soledad. Será un paso más hacia el camino de la compasión. (8)




(1) Bowlby, J. Vínculos Afectivos: Formación, desarrollo y pérdida. (1979)

(2) Siegel, D. La mente en desarrollo: Cómo interactúan las relaciones y el cerebro para modelar nuestro ser. (2007)

(3) Gilbert, P. Terapia Centrada en la Compasión. (2015)

(4) Gilbert, P. La Mente Compasiva. (2009)

(5) Gilbert, P. Terapia Centrada en la Compasión. (2015)

(6) Neff, K.D. Self-Compassion: An Alternative Conceptualization of a Healthy Attitude Toward Oneself. Self and Identity, (2003a)

(7) Gilbert, P. Terapia Centrada en la Compasión. (2015)

(8) Germer, C. Video: We would never feel shame if we didn’t wish to be loved. (2022)

 

 

 

 

 

Autora: Cristina Torres Sahli

Psicóloga Clínica. Formación en Terapia Centrada en la Compasión (CFT), Trastornos de la Conducta Alimentaria, Terapias de Liberación Emocional EFT y Matrix Reimprinting, Gestión Emocional y Mindfulness, Experiencia Somática (ES). Instructora de Yoga Niños y Adultos, Yogaterapeuta.

 

 

Ilustración: Fabián Andrés Coppola Luhr 

Ilustrador Digital, Director de Arte y Publicista. Creador de imágenes a partir de la ilustración y la post producción fotográfica. Apasionado por el dibujo y el arte gráfico, con experiencia en el área digital y manual. Gerente de diseño en la empresa Kushki, enfocado en la identidad de marca.

 

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