¿Los estereotipos de género pueden influir en nuestras decisiones vocacionales?

Como científica, siempre me he preguntado por qué hay pocas mujeres que escogen dedicarse a carreras relacionadas con las STEM (siglas que en ingles corresponden a:  Science, Technology, Engineering and Mathematics: Ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Si todos, sin distinción, cuando pequeños teníamos la misma necesidad de entender, todos, tuvimos el manifiesto del mismo bichito de la curiosidad.

Entonces, ¿Por qué el porcentaje de mujeres que escoge carreras de ciencias y tecnologías corresponde solo a un 35%1?

 ¿Es posible que las aspiraciones profesionales de los jóvenes de ambos sexos estén condicionadas por los estereotipos sociales de género?

Un reporte de la revista Science2 publicado en el año 2017, planteó como hipótesis que la adquisición de ideas culturales sobre las supuestas capacidades cognitivas de hombres y mujeres podrían comenzar a etapas tempranas de la niñez, y que, la aceptación de estas ideas probablemente podría influir en nuestro desarrollo personal y profesional. Basado en esto, para corroborar la idea, decidieron hacer un estudio en el cual participaron alrededor de 400 niños entre 5 y 7 años (50% niñas, 50% niños).

En primer lugar, se propusieron determinar si los niños y niñas eran susceptibles a estos estereotipos.

En este caso, la tarea consistió en escuchar una historia sobre personas desconocidas que eran considerados “muy, muy inteligentes” sin proporcionarles ninguna pista sobre el género del protagonista. Después de oír la historia, los niños debían escoger y adivinar -dentro de un grupo de dos mujeres y dos hombres – cual de ellos era el protagonista de la historia. Como resultado, tanto los niños como las niñas de 5 años consideraban inteligentes en igual medida a los adultos hombres y a las adultas mujeres. Sin embargo, el resultado fue diferente en los niños y niñas de 6 y 7 años, quienes, en su mayoría, asociaron las historias a los adultos hombres. Este estudio nos muestra que ya a la edad de 6 años podría existir una influencia en la forma que tienen estos niños de interpretar la vida.

Posteriormente, investigaron si las creencias de género de los niños y niñas sobre inteligencia podrían determinar sus intereses.

Para esto, se les presentó a 64 niños de 6 y 7 años (la mitad niños y la mitad niñas) dos juegos muy novedosos, uno de los cuales se decía que era para niños “muy muy inteligentes” y otro para niños “muy muy esforzados” y se midió su interés por estos juegos. En general, las niñas estaban menos interesadas por los juegos para niños inteligentes y prefirieron en su mayoría los juegos para niños más trabajadores. Adicionalmente, se realizó el mismo experimento en niños de 5 años y se observó que, tal como se podía predecir, el porcentaje de niños y niñas interesados por los juegos de inteligencia era similar. De esta manera, los investigadores pudieron concluir acerca de la asimilación de los estereotipos de género, (en este caso) que los hombres están mas capacitados para realizar tareas que requieren mas inteligencia, puede influir tanto en las decisiones que toman los niños y niñas, como en las decisiones que puedan tomar como adultos. Así, este estudio podría explicar en parte, el bajo porcentaje de mujeres interesadas por carreras relacionadas con las STEM

Pero, ¿Cómo romper con estos estereotipos? ¿Puede ser que las intervenciones escolares puedan cambiar estos patrones de género en los niños y niñas?

Un estudio publicado el año 20213, trató de resolver esta duda. Para esto, 54 niños y niñas en promedio de 6 años, fueron divididos en dos clases diferentes y sometidos a dos mallas curriculares distintas. En una, los niños mantuvieron sus clases normales, mientras que, en la otra, los niños recibieron un plan de estudios sobre igualdad de género. Este consistía en debates y actividades que duraban entre 30 a 40 minutos, dos veces por semana.

Para evaluar si la clase tenía algún en efecto en los niños y niñas, se les mostró imágenes y se les pidió hacer relaciones de pareja, donde había relaciones de estereotipos ligados al género, por ejemplo, usar el pelo largo y vestidos, y otro tipo de relaciones no estereotipadas como lo son el emparejar una imagen de un vestido y de un pantalón solo porque ambos son objetos de vestir.

Este ejercicio se realizó antes de comenzar el experimento y se repitió 8 semanas después. Antes de comenzar el estudio, un 87,5% de los niños y niñas realizó relaciones estereotípicas de género. Este porcentaje disminuyó al 73,21% tras la intervención. Por el contrario, la proporción de niños y niñas del grupo control que eligió la relación estereotípica de género aumento a más del 95%.

Este resultado refleja que las intervenciones tienen una influencia directa en la ruptura de los estereotipos de género de los niños. Sin embargo, el alto porcentaje de niños que aún siguen haciendo este tipo de relaciones estereotipadas siguió siendo muy alta.

Los autores de este estudio plantearon como posible explicación que, si bien los niños y niñas entendían la igualdad de género, en última instancia, hacían elecciones basados en sus observaciones sobre las personas que les rodeaban en la vida real, pues al preguntarles porque hacían esas elecciones, ellos respondían cosas como “mi papá no limpia” o “mi mamá suele acompañarme”.

Esto nos lleva a plantearnos que la promoción de la igualdad de género requiere la cooperación de la educación familiar, y que, en definitiva, este es un asunto social.

Si queremos avanzar como sociedad, es claro que todos debemos participar y debemos partir por inculcar que hombres y mujeres tienen iguales capacidades, y por lo mismo, deben tener las mismas oportunidades en la vida.

Espero que, con tu ayuda, podamos ver más Margarets Hamilton (mujer que diseñó el software para llevar el hombre a la luna), más Adas Lovelace (creadora del primer programa computacional), más Hedy Lamarr (actriz que inventó el Wifi) o más Maries Curie (doble Premio Nobel de Ciencias), por decir algunas.

En otras palabras, que podamos ver más mujeres empoderadas con ganas de generar grandes descubrimientos en áreas actualmente dominadas por hombres. ¿Aceptas el desafío?

Referencias

  1. UNESCO. Director-General, 2009-2017 (Bokova, I.G.). writer of foreword. Cracking the code: girls’ and women’s education in science, technology, engineering and mathematics (STEM). (2017).
  2. Bian, L., Leslie, S.-J. & Cimpian, A. Gender stereotypes about intellectual ability emerge early and influence children’s interests. Science 355, 389–391 (2017).
  3. Chung, Y. & Huang, H.-H. Cognitive-Based Interventions Break Gender Stereotypes in Kindergarten Children. Int. J. Environ. Res. Public. Health 18, 13052 (2021).

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Autora : Valeria Manriquez Rojas 

Soy ingeniera en biotecnología molecular en la universidad de chile, magister en ciencias biológicas en la universidad de chile, phD en microbiología e infectología en la universidad Paris descartes en conjunto con el Instituto Pasteur (París) y actualmente soy post-doctorada en el institut curie trabajando en inmunología traslacional.

 

Ilustración : Bertsy Goic Figueroa (@drainscience)

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